Hoy soy Ecoromy



Soy un neologismo. Una combinación lingüística entre dos términos que han marcado nuestras vidas en lo que llevamos de 2020: economía y coronavirus. Soy una extraña mezcla entre el  virus y la brutal alteración de la economía mundial (con los efectos que va a producir a escala planetaria). Soy, pues, un término a tener en cuenta. 
Tan consciente es mi mentor (y creador de este blog) de mi futuro conceptual que hace unos días compró los dominios ecoromy.com (en inglés) en incluso se atrevió con ecoromie.com (su equivalente francés), por eso de la globalización. 
A día de hoy, aún no soy nadie. Un concepto, sin más. Una conjunción de dos palabras que tal vez algún día acaben en la RAE. Porque lo curioso de todo esto es que los anglosajones, tan dados a la creación de neologismos, nunca repararan en este término que reúne la esencia de todo aquello que ha marcado nuestras vidas en los últimos cinco meses. No olvidemos que, por encima del desastre sanitario, los efectos económicos de la Covid se perpetuarán durante mucho tiempo y dejarán un sangrante reguero de efectos imprevisibles.
Selfie, emoticono, chatear, wasapear, bitcoin, cookie, dron, spoliler, hipster, spam, tuit o trending topic son solo algunos de mis antecesores. Y ya forman parte del imaginario colectivo. Es mi turno.
Voy a estar muy presente en vuestras vidas. He hundido bolsas, he cambiado el modelo macroeconómico, he disparado las listas de parados, he alterado el impacto directo sobre la producción global, he interrumpido de manera brusca las cadenas de suministros, he llevado a la quiebra a miles de autónomos, he desacelerado el crecimiento mundial, he hundido el PIB de la mayoría de países del mundo, he dejado en nada la inversión y he paralizado el consumo. Estos son sólo algunos de mis  "logros".Acordaos de mi nombre. Me llamo ECOROMY. Y he venido para quedarme.

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