Hoy Soy Roman Polanski


Me he quitado la pulsera y, con ella, el peso de la sinrazón. Nada me hacía más ilusión, obviamente, que recobrar la libertad tras diez largos meses. Pero no sólo por el placer de moverme sin ataduras sino porque he sido la absurda metáfora de un encarcelamiento mediático, alentado por un fiscal, Steve Cooley, con aires de estrella que ha llevado mi caso a unos límites insospechados.
Mis detractores argumentarán una y mil veces que abusar sexualmente de una niña de trece años es un acto tan deleznable que no admite caducidad alguna. Por mucho que hayan pasado tres décadas. Bajo este prisma, ciertamente defendible, debería cumplir una pena acorde a esta actuación despreciable. Nada que objetar desde este punto de vista. Aunque estos defensores a ultranza de una moral de doble rasero se olvidan de que me pudieron detener en cualquier momento desde hace años pero, paradójicamente, no movieron jamás ni un dedo. ¿Por qué?
Sin embargo, hay demasiados errores judiciales en mi historia que chirrían como una puerta mal engrasada. Cumplí una pena de 42 días tras un acuerdo con el juez y tras pagar medio millón de dólares a la víctima, Samantha Geiner, que desde hace años insiste en que quiere pasar página, que me ha perdonado, que no hay que reabrir el caso.
Me he convertido en el paradigma del despropósito del sistema judicial estadounidense cuya maquinaria propagandística no diferencia entre aquellos casos que merecen seriamente ser reabiertos de aquellos que sólo pretenden la publicidad planetaria.
En un país en el que año tras año decenas de ciudadanos son achicharrados en la silla eléctrica sin los mínimos derechos constitucionales a un juicio justo, sus fiscales prefieren no escatimar medios para verme entre rejas. Deberían escarbar en sus cloacas judiciales antes de tratar de limpiar las tuberías del resto del mundo.
Estoy libre no por ser un director de éxito como algunos han tratado de justificar repetidamente sino porque realmente mi encarcelamiento jamás debió producirse.

Comentarios

  1. la antropologa inocente13 de julio de 2010, 19:09

    me irrita tu obscena demagogia con algunos temas, joderrrrrrrrrrrrrr


    No me gusta este tipo, recuerdas como murió su primera mujer sharon tate, siempre involucrado en oscuros asuntos, no me gusta este tipo, no me gusta ni siquiera su cine...si acaso <lunas de hiel...pero....de que hablamos????? si no fuera un cineasta de renombre hablariamos de otra historia diferente; ya, ya se que me diras que tu tratas de demostrar lo mal que funciona la justicia...pero hay otros ejemplos, sinceramente, te metes en cada jardin ..................................

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  2. una vez más,completamente de acuerdo con la antropologa.....

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  3. Lo siento pero no coincido con vosotras. Repasad el juicio, tratad de conocer las razones que mueven al fiscal. Es una caza de brujas. Que no te guste su cine no quiere decir, antropóloga, que necesariamente él tenga que ir al cárcel. le doy la vuelta a la tortilla. Precisamente por ser quien es, han decidido ir a por él. No sé....me gusta que haya diferencia de opiniones. De la misma forma que hay decenas de intelectuales que lo apoyan ( Tavernier, Woody Allen, Almodóvar y otros muchos) y mucha gente anónima supongo que habrá otros muchos que desearían que acabara entre rejas...como vosotras. Nada que objetar. Pero insisto: el sistema judicial americano, abanderado del mejor del mundo, huele a podrido en muchos casos.

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  4. Aún así no creo que el post sea muy demagógico. Posiblemente todo lo contrario porque dudo que guste a la mayoría. Si lo hubiera escrito en inglés y publicado en USA sería lo menos demagógico del mundo.
    Un abrazo, antropóloga...y me alegra que sigas leyendo los post aunque en más de uno no coincidas...

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  5. la antropologa inocente14 de julio de 2010, 22:38

    te sigo desde hace demasiado tiempo......tres años creo......supongo que lo mio.....ya es pura antropologia deividiana.....ja,ja,ja, yo y mi prima july somos así...

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  6. la antropologa inocente14 de julio de 2010, 23:11

    no obstante debo decir que consigues sacarme de mis casillas algunas veces................y si,, creo que eres un gran demagogo en muchos temas, pero.....

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  7. Lo puede publicar el Washington Post, el New York Times y L'Observatore Romano mismamente. Lo pueden apoyar intelectuales o trabajadores de un circo. Un delito es eso, un delito. Y ahora vuelvo a darle la vuelta a la tortilla yo, que me gusta pasadita: si llevaran 30 años detrás de un albañil o de un maestro de escuela de cualquier pais, que hubiera abusado de una niña española de 13 años, y ahora lo enviaran a la cárcel: ¿nos estaríamos preguntando sobre las "maliciosas" motivaciones del fiscal o nos alegraríamos porque, aunque tarde, se hubiera hecho justicia?. Bueno, pues eso, no hay como la libertad de expresión y también la de pensamiento....No creo que sea cuestión de demagogia... es cuestión de lo que cada uno piense que es justo....

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